15 de diciembre de 2011

HACIA UNA MEJOR CALIDAD DE NUESTRAS ESCUELAS

Sylvia Schmelkes


CAPÍTULO VII. LA CALIDAD CONDUCE AL MEJORAMIENTO CONTINUO DE LAS PERSONAS INVOLUCRADAS

A lo largo de este capítulo, Sylvia nos vuelve a manejar la importancia de los valores especialmente durante la formación de los docentes, pues como ella lo menciona "Si nos desarrollamos como personas, podemos formar integralmente a nuestros alumnos" (1995)


Dentro de los valores que nos destaca, figuran: 

  •  La identidad
  •  La  libertad, la responsabilidad y el respeto al bien común
  •  La equidad y la justicia
  •  La solidaridad y el compromiso
  •  La congruencia
De acuerdo con Schmelkes, "Lo importante en la calidad, es la calidad de las personas" (1995); con esto, la autora nos hace referencia a que los docentes debemos comenzar a vivir congruentemente en la aplicación de los valores los cuales permitan la integridad de los alumnos y por ende en sus familias.

Comentario.

Este capítulo fue el que más me llamó la atención, pues nos habla de los valores que el docente debe de fomentar dentro del aula, para así poder conseguir nuestro objetivo que es darle una educación de calidad, pero por medio del ejemplo, ya que muchas veces el mismo maestro es quien se olvida de los valores y ésto trae como consecuencia que los alumnos se muestren apáticos e irresponsables. 

Me parece que nosotros, como futuros maestros, tenemos que poner en práctica lo mencionado en este capítulo pues como lo comentábamos en alguna ocasión, de los maestros es de quienes depende el formar a los ciudadanos del mañana.

Referencia
Schmelkes, Sylvia (1995) Capítulo VII La calidad conduce al mejoramiento continuo de las personas involucradas, Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas (pp. 75-88) México; SEP

1 comentario:

  1. Lupita, tu perspectiva de ver la situación a la que se enfrenta un maestro me agrada, es verdad, muchas veces los maestros exigen respeto sin ganárselo, algunos dan lecciones sobre salud y son fumadores o bebedores, esto impide que los alumnos nos tomen en serio y en algunas ocasiones los confundimos al no hacer una concordancia entre lo que decimos y lo que hacemos.
    Este es un gran reto que tenemos por delante, así que solo nos queda cambiar poco a poco esta mala imagen de los maestros.

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